15.7.11

Manuscito que González dice que encontró, en el entresueño


por Horacio González
12 de junio de 2011 

Como Filmus citó a Borges en su discurso de final de noche, es el momento de revelar en exclusiva un manuscrito borgeano hallado a la deriva en el arroyo Maldonado, quién sabe enterrado hace años:
…. (están borradas las primeras páginas…) como en otras ocasiones, donde una gran derrota es reveladora y exige nuevos pensamientos y acciones. ¿Hay tiempo para ello? Evidentemente, sí, pues el tiempo se mide en dosis de voluntad. Existe el tiempo porque existe voluntad. Por lo tanto, sería preciso actuar en la coyuntura como los dispuestos a la última batalla, la que sería mejor perder que no empeñar, y la que sería mejor perder para alertar a la sociedad en su conjunto los peligros que se ciernen. Muchas veces a los anunciadores de tal peligro se los llamó alarmistas, desconocedores de los rigores de la táctica, apocalípticos que desconocen el idioma de la política real, ignaros que no saben acompañar el mapa oracular que los jefes políticos trazan desde la cornucopia de su imaginación. Desde luego que todos los votos son respetables, pero toda política es frágil. Militar es frágil; pensar es frágil; actuar es frágil; la palabra fragilidad es frágil. Nos engañamos si creemos que hay algo fuerte a cuidar, no arriesgando lo acumulado. Puede perderse más de lo que imaginamos. Lo fuerte es el reconocimiento de la debilidad, la fisura inabarcable que es apenas perceptible pero por donde todo puede derramarse, como en un dique roto. Lo fuerte es saberse débil, fuera del aparato. Estamos fuera del aparato y se nos acusa de estar dentro del aparato. Estamos dentro del aparato como quienes están fuera del aparato. Lo que está ahora en juego no es “popolo” porque en verdad siempre está en juego; en todo momento hay que elaborar y reelaborar una noción de pueblo y eso están tan distante del populismo como de la maldición a la tosquedad histórica de las elecciones, en todo el sentido de la expresión. Por eso este es un momento para (…aquí se interrumpe el manuscrito)